domingo, 9 de noviembre de 2025

DEPARTAMENTO DE GUERRA Y SUS IMPLICACIONES PARA PR AUTOR JUAN R. GUZMÁN

Regreso del Departamento de la Guerra en EE. UU. y su implicación hacia Puerto Rico

En 1942 se modificaron las fortificaciones del castillo San Felipe del Morro como las del
castillo de San Cristóbal, así como las baterías antiaéreas en el actual parque de las Cabras
llamadas fuerte Amézquita. A todas estas, ya operaban los famosos submarinos U-Boats de la
Alemania Nazi por el Caribe desde 1941. A principios de 1942 estos bombardearon la isla de
Mona. El primer ataque directo al suelo bajo control de Estados Unidos en el Atlántico.
Luego de transcurrir la guerra, Estados Unidos junto sus capacidades militares formando
el complejo industrial militar, y tras consolidar el pacto de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte se cambió el departamento de Guerra al de la Defensa. La óptica desde la cual se
articulaba este cambio era la de un nuevo mundo regido por leyes internacionales que distinga la
guerra justa de una, no solo ilegitima, pero cruel, incluso si esta fuese en la defensa, para evitar
otra Guerra Mundial y ponerle fin a los genocidios y la explotación de una nación por otra de
forma colonial. El presupuesto de todo ese ensamblaje legal y esfuerzo jurídico por un orden
internacional era que no se olvidarían lo que ocurrió en los campos de concentración en
Auschwitz y otros. No se esperaban que el avance tecnológico sería un vehículo para los
demagogos de la cual la educación y la memoria no podrían defenderse después de tanto horror.
Ahora, mientras preparamos y apuntamos las armas en contra de nuestros hermanos
latinos y caribeños, es el momento de reflexionar nuestra posición histórica nuevamente e invitar
aquellos militantes de las fuerzas armadas de Estados Unidos a recordar el juramento hacia la
constitución de esa república-federada y no se presten para una invasión ilegal, pues no se está ni
considerando la aprobación del congreso por ser legitimada como un acto en contra del
narcotráfico. Consideren las intenciones de Marco Rubio y su historial familiar en Miami.
Consideren los estragos de todas las invasiones dirigidas por los presidentes estadounidenses y
sus conclusiones. Consideren que beneficio traerá otra guerra por petróleo y minerales (Iraq en
ruinas, creación de ISIS, y ningún beneficio en general para los ciudadanos de ambas naciones,
excepto para las corporaciones internacionales y su clase). Finalmente, consideren los pasos
dados por Trump desde que inició su segundo término y pregúntese hacia donde irá. “Una
mentira repetida suficientes veces se convierte en verdad”, decía el jefe de propaganda de Hitler.
Esto ya ha ocurrido antes.
La lucha armada en Puerto Rico fue una respuesta ante similares condiciones. Palestina y
Puerto Rico tienen en común no solo ciertas condiciones (la primera bajo unas condiciones
severas) pero la manipulación mediática de cualquier defensa de su integridad, dignidad y forma
de vivir al ser amenazada es acusada como un peligro o peor aún terrorista. En el 2017, Sam
Wolton y el reverendo metodista Daniel Woodhouse, entraron a una base aérea en Inglaterra e
intentaron destruir aviones que se enviaban a sus bases en Chipre y “desaparecían” hacia Arabia
Saudita y luego Israel para atacar a Yemen y Gaza respectivamente. Estos dos activistas se
enfrentaron casos menores por la misma acción que Palestine Action había hecho una semana
antes, la razón: no querían publica la imagen del arresto a un reverendo blanco (esto lo dijo el

mismo reverendo). Los de Palestine Action una semana antes no les fue igual, eran árabes y por
lo tanto fueron detenidos entre 15 a 19 meses y negado la posibilidad de pagar fianza.
No solo el neocolonialismo asegura que la independencia y soberanía de una nación no
implique la libertad de ella, sino que nuestros sistemas económicos son regidos por sus modelos,
no solo en la Isla o en Latinoamérica, pero en el mundo (con excepción de China y en cierta
medida Rusia por su dependencia a China, veremos en que terminara BRICS). No aceptamos
Imperios de ninguna fachada como tampoco defendemos dictadores. Puerto Rico como colonia
ni es consultada en los esfuerzos de la guerra contra Venezuela y ahora las amenazas contra
Colombia. No seamos participe de una intervención que ahora empieza con pescadores, pero
luego será una invasión. Que no se nos olvide que al agredir desde Puerto Rico nos implica en la
guerra como fortín de EE. UU. A diferencia de los nazis en el caribe atacando la isla de Mona
despoblada, ahora Puerto Rico es desde se lanzarán fuerzas aéreas, navales y pronto tambien
soldados. Algunos serán soldados boricuas al mandato de Trump, Hegseth, y el traidor de
Latinoamérica entera, un cubano de Miami, Marco Rubio, a matar otros latinos, otra gente
oprimida para ofrecerles otro medio de opresión: la privatización. Que nos pese en la consciencia
la ironía del olvido de la historia y los valores que le habíamos puesto a aquel “nuevo mundo el
orden global”, pues hemos regresado al mundo de que gane quien más fuerte sea, a un nuevo
oscurantismo mediado por la tecnología de los señores feudales de Wall Street y Silicon Valley,
así como sus monigotes oligarcas de Miami, remediado por un nacionalismo cristiano quien nos
“redimirá” en el fin de los tiempos por un apocalipsis autoinfligido. Para el cristiano católico esto
le debe parecer igual de insensato como para los judíos ortodoxos el estado sionista de Israel,
pues no es dirigido por un auténtico devenir divino sino ensimismado en las ambiciones de
poder, riqueza y fama (y estos no son valores judeocristianos).
En fin, no podemos dejar que Puerto Rico se convierta en una posible zona de combate
porque otro lo dicte por nosotros. La lucha armada es una imposibilidad, aunque sus
justificaciones se nos tiren en la cara diariamente (por menos se hizo la revolución
estadounidense), pero podemos luchar mediante la comunicación desde nuestras respectivas
comunidades. El mero hecho de mencionar un asunto ya va involucrando a la otra persona, la
semilla fue plantada. Pero lo inaceptable bajo cualquier condición es que se nos trate como
Ucrania, un proxy y una colonia minera (50% de la explotación de las minas de Ucrania son de
facto de EE. UU. desde el segundo termino de Trump) para los intereses de Estados Unidos e
escenario de guerra y conquista ruso. No somos proxy por ser colonia, es decir no nos mandamos
en tales aspectos internacionales como lo puede hacer Ucrania, pero somos escenario de guerra
contra Venezuela, veremos si luego Colombia… y quien sabe luego Cuba, Nicaragua, México,
Brasil, etc. Lo que los anglosajones deben darse cuenta es que el concepto de Imperio, la
doctrina Monroe (doctrina imperial que dicta que América es el patio “trasero” de Estados
Unidos), no solo es anticuada y obsoleta, pero no es el mundo que ellos mismo propusieron;
desenmascarada la intención no cabe contraargumento sobre los hechos, es una guerra contra
nosotros también. Entre los puertorriqueños se debe crear una urgencia de acción en contra del
pensamiento de superioridad sea racial, intelectual, económica, histórica, cultural, etc., para
superarnos de la mentalidad colonizada que nos ciega de nuestras acciones mandatadas por otros
que no piensan como nosotros porque no hablan como nosotros, por lo tanto, no experiencia la

vida como nosotros. No hay problema intrínseco con esto, lo que se destaca es la necesidad de
respeto mutuo hacia el axioma ético de vivir y dejar vivir. Dejemos de ser autómatas para
intereses de otros, empecemos a defendernos al defender al otro; en este caso particular al no ser
partícipes de un ataque a otro país latinoamericano. En la gran tarima de la humanidad, tambiénsomos actores que no se olviden


No hay comentarios:

Publicar un comentario