viernes, 9 de agosto de 2024

LA NOCHE QUE LA GALLINA LLORO DR ALEXIS LUGO

 LA NOCHE QUE LA GALLINA LLORÓ. DR.ALEXIS LUGO. ES UNA EXPERIENCIA PERSONAL,UNA NOCHE EN EL BARRIO SAN JOSÉ

La Noche que la Gallina Lloró
Alexis Lugo Fernández
De visita en la isla después de cuatro años. Durante esos cuatro años han transcurrido muchos eventos en nuestra familia. Decesos en la familia, el retiro del hijo, los viajes a visitar hijos y nietos, y ahora la visita. No era el momento más oportuno para hacer esta visita, pero era necesario.
Llegamos tarde a la casa y pronto comenzamos a acomodarnos y recordar nuestra antigua vida como isleños. Torrentes de memorias corrían por nuestras mentes inducidas por sonidos, parajes y personas. Las frescas mañanas revelaban la gama de verdes matices. Las tardes eran calurosas y húmedas, con intermitentes y suaves brisas que refrescaban. El anochecer era la transición del calor al fresco, los sonidos mermaban, y las casas parecían faroles en la noche. Las luces de las calles, creaban burbujas de claridad que se atenuaban creando una cortina de verde gris en la distancia.
Una noche me fui a dormir cansado. El cuarto con su ventana quedaba cerca de la calle, al otro lado había una verja de cemento blanca con una arbolada detrás. La arbolada tenía un verde gris, y sus ramas se movían con la intermitente brisa que refrescaba la noche. De pronto oí una conmoción de gallinas entre las ramas. Me sorprendí ,pues no sabía que en esa arbolada dormían gallinas. Levantándome miré por la ventana ,pero no vI nada, solo el movimiento de las ramas. Entonces oí el piar de un pollo … Fue un piar a mi parecer doloroso, como si fuera el último antes de morir.
Traté de volver a dormir y el silencio volvió a llenar la noche. De repente las gallinas comenzaron a cacarear rompiendo el silencio. Alarmado, miré de nuevo por la ventana, pero solo volví a ver las ramas moviéndose como la vez anterior. Entonces fue cuando escuché aquel sonido particular de una gallina que se grabó en mi mente. Aquel sonido evocó dolor y desgarre en mi mente, imaginé como si algo o alguien hubiese mordido el pecho de aquella gallina; un sonido que solo oímos cuando la vida se escapa del cuerpo. Esa fue la noche que escuché llorar a la gallina.
Puede ser una imagen de Lewisia
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