La última colionia
Hace
algún tiempo leí dos libros
acerca de nuestra situación colonial. Uno del secretario de justica y
juez del tribunal supremo de Puerto rico por muchos años,Trias Monje. los más
tristes de nuestro siglo veinte. Me pareció una confesión sin sacerdote que lo
absolviera, pero cuando los hombres se dan cuentas de sus errores son
perdonados ,mas no olvidados. El otro libro se llamó,Guerra Contra Los puertorriqueños de un newyorkrican ,Nelson Dennis,jóven nacido en los USA, preocupado
por su nación, rebusca en libros, museos ,y referencias personales aquellos
trágicos episodios que pasó nuestra isla a partir de la entrega española de nuestra
isla. Enfatizando en las décadas del 30 al 64.(Hay otro libro de un
quebradillano la Guerra del Azúcar, que
debemos leer) Según se va leyendo nuestra alma va sintiendo el dolor profundo
que nos causaron nuestras escuelas e instituciones, especialmente los cuerpos
armado y la policía extranjera mandas por un tal Hoover. La ley marcial se
estableció con una llamada Ley de la Mordaza, dada por Luis Muñoz y secundado
por Trias Monje. Nuestra bandera era objeto prohibido y hay de aquel que
entornará la borinqueña. En mi pueblo mataron Guen Guerras a palos, sin
compasión alguna. Recogieron a muchas personas, los cuales montaron en
camiones, para llevarlos a la cárcel de Arecibo, y no hay argumento que
describa lo que el maestro Albizu y Paoli y otros sufrieron en la Princesa. Le
llamaron a nuestro maestro ,El Rey De la Toalla , se burlaron del maestro como
fariseos y escribas se burlaron de nuestro Maestro Salvado Yeshua'. Nuestro
maestro murió de tantos vejámenes, encarcelado, torturado, sin título alguno, en
1964.Me cuenta Don Miguel Rodríguez ,que tanto Miguel Marichal como el no
negaron sus afiliación política, más, cuantos lo hicieron.El miedo los venció. Niño
yo en la acera de mi casa oía, la balacera del Salón Boricua de aquel valiente
hombre llamado Vidal desde el radio de la a casa de Antero Mejías. Nadie en la
radio se compadeció. Era una noticia para llamar la atención a un pueblo de
oídos sordos. Valientes personas conscientes de que todo estaba perdido ,dieron
su vida,.Qusieron llamar la atención a sus hermanos latinos y al mundo entero. Nadie
les hizo caso, mas bien los condenaron , se aliaron con el poder y la riqueza.Todo
se paga en vida y aún en muerte. Nuestro país creyó ser vitrina, más hoy sus
cristales se han desecho, sobre la grama,en pedazos tan nimios, imposibles de
remendar. Nuestros extranjeros e llevaron nuestra riquezas y el alma del obrero
y hoy nos piden cuentas, por lo que debemos,mas no por lo que nos deben. Entre
ellos 20000 almas de sus guerras. Demos gracias al maestro Don Albizu Campos y
sus discípulos que ofrecieron su ser,su valentía y la clara idea de que los
países
son soberanos e iguales a las demás naciones
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