La décima está
formada
por 10 versos bien
rimados,
octosílabos
cuadrados,
de estructura
armonizada.
Puede ser
improvisada
en lenguaje
pueblerino
o componerse en un
fino
estilismo
literario,
aunque en mi tierra es poemario
del jíbaro campesino.
Rimará el verso primero
con el cuarto y con el quinto,
y riman, por ser distintos,
el segundo y el tercero.
Sobre el sexto decir quiero
que rimará con el séptimo
al igual que con el décimo,
mas no el octavo y noveno,
que juntos riman serenos
sin faltar por un milésimo.
Es la palabra final
en cada verso la clave.
Si es aguda, se le añade
una sílaba al total.
Si es llana, se deja igual,
sin cambios ni alteraciones.
Pero esta regla dispone
a la esdrújula restar
una sílaba y formar
octosílabas fracciones.
Son de la décima esencia
la métrica y la estructura,
las poéticas figuras
y el elemento coherencia.
Se utiliza en competencias
el famoso pie forzado,
con él es finalizado
el poema decimal
dando un matiz especial
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