lunes, 28 de enero de 2013

Un Día sin Pecado Papo Vives




                                                      Un Día Sin Pecado

 

La mañana del sábado me levantó el timbrado del teléfono para recordarme la actividad que los Rotarios junto a la organización de ornitología (SOPI) de PR, habían planeado para el día. El asunto era limpiar los mangles de la playa del Peñón de Brusii de Camuy. Algo me decía o presagiaba que iba a ser un día que aumentaría nuestro entusiasmo, algo nuevo en verdad. La semana había sido dura, habían estado anunciando por boletines radiales y televisivos que un huracán de políticos estaba azotando a la isla y que vientos entre el 5 y el 7 habían paralizado a 90000 empleados públicos . La playa estaba llena de personas de todas clases, rotarios, pajareros de Camuy y otros pueblos, doctores en medicina, el Director Regional de Recursos Naturales con sus empleados, maestros, estudiantes, familias enteras y un poco mas tarde aparecieron un grupo de jóvenes de la Tropa de Escuchas de Quebradillas elegantemente vestidos con camisetas de un color anaranjado brillante con su director  Gerardo Medina. Las actividades habían sido planeadas tipo reloj suizo y eran tan diversas  y tan acomodadas que nos sentíamos como párvulos de kindergarden. Nos entregaron guantes y unas bolsas inmensas  con una  hoja de anotación. Con las debidas orientaciones de seguridad nos fuimos a limpiar el manglar. Es fantástico el ambiente, algo como película de misterio de Alfred Hitchcock, árboles con grandes  y entretejidos zancos, hojas de diferentes tonalidades de verde, raíces  que salían de las aguas estancadas  como pulmones del mangle prieto en un ambiente  hipersalino, hojas capaces de extraer sal y cristalizarlas.  Mosquitos y majes bobos, esos vampiros que se adormecen cuando chupan y acaban con nuestra paciencia, chinches y un millar de huecos habitáculos de jueyes de varias clases, entre ellos el juey común y el cangrejo violín,  para completar la residencia de un ambulante colegial o de un ermitaño, una casa sólo con paredes y asientos de cajas de cartón, con libros sabios protegidos en  bolsa plástica, ¡Que felicidad! Terminada  la limpieza volvimos al área de reunión para las actividades educativas. Los maestros se lucieron, gracias a la ausencia de la pizarra y a la participación activa de los activistas, parecían juegos de infantes, sin necesidad de la libreta aprendimos un montón de cosas que no se nos van a olvidar. Hablaron de la flora, de las condiciones del manglar de su importancia, de las 43 especies de aves  que lo visitaban. Dos de ellos, el machambo y la garza ganadera, estuvieron atentos todo el día como vigilantes de sus propiedades de “Los  intrusos”. Al mediodía nos obsequiaron con un festín y a los jóvenes con tremendos Whopers. En la tarde la lección magisterial del Director del programa , el profesor Israel Guzmán un joven de poeta negra barba. El Tema era, "Las aves endémicas de PR". Alguno de los pájaros mencionados todos llenos de  apelativos (Cosas que pasaron por mi mente) fueron: el ingeniero de las aves, el Carpintero vestido frac con corbata roja, del Medio Peso o Barrancolí con nombre azteca, de las burlas a los humanos que hacen los dos Pájaros Bobos, el mayor y el menor, del canto lastimero de la Llorosa, del juí, de los Pitirres el menor, de la Reina Mora mucho plumaje y poca voz, de la Mariquita de los manglares, del disfraz y mimetismo perfecto del Guabairo, del sabio Búho, de la Trepadora del Yunque , del Come Ñame y su pito de adolescente
enamorado. Un pajarito que todo el mundo oye pero que nadie ve el Bienteveo, dos Picaflores, la Calandria , el negro Turpial manchado de amarillo y de los esfuerzos y millones usados para que no se nos acabe nuestra cotorra. Sobre la Llorosa (Nesospingus speculiferous) se nos dijo que era la única especie animal en PR, doblemente endémico en su género y especie, compañero de la también doble especie endémica la planta, el Bejuco Colorao de PR (Neurodolphia volúbilis). El maestro había traído una caja tipo LLorens Torres donde había capturado los trinos de cada uno de los pájaros endémicos y acompañaba su charla con comentarios jocosos, muy traídos al tema. Terminamos el día con los discursos y una bendición especial. Habíamos pasado un día sin pecados, cuando se tiene todo el tiempo en tareas sanas y llenas de experiencias gratas, no hay tiempo para la maldad, ya lo decía Dostoyeski, el que tiene su tiempo ocupado está con Dios.

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